Historia:
Nacida en Grecia y denominada «el arte de las musas» es, según la definición tradicional del término, el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios respetando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo. El concepto de música ha ido evolucionando desde su origen en la Antigua Grecia.
La música, es un producto cultural con múltiples finalidades, entre otras, la de suscitar una experiencia estética en el oyente, la de expresar sentimientos, emociones, circunstancias, pensamientos o ideas, y cada vez más, cumplir una importante función terapéutica a través de la musicoterapia.
Además, cumple una función de vital importancia en el desarrollo cognitivo del ser humano. Colabora con el pensamiento lógico matemático, la adquisición del lenguaje, el desarrollo psicomotriz, las relaciones interpersonales, el aprendizaje de lenguas no nativas y a potenciar la inteligencia emocional, entre otros.
Es un estímulo que afecta el campo perceptivo del individuo, así, el flujo sonoro puede cumplir con variadas funciones (entretenimiento, comunicación, ambientación, diversión, etc.).
Pero… ¿Realmente la música es tan importante para nuestras vidas? Los últimos hallazgos en neurología, psicología y biología parecen demostrar que sí, escuchar melodías agradables no sólo modifica nuestro estado de ánimo, sino que puede tener una influencia muy positiva en el desarrollo cognitivo humano, en el estímulo de nuestra inteligencia e incluso en la salud.
Distintos estudios se han realizado con el paso del tiempo, y en ellos se ha encontrado que la música, por ejemplo, afecta la química del cerebro. Y es que la música que nos es agradable hace que liberemos dopamina, una neurohormona liberada por el hipotálamo, y que se le relaciona con el placer. Sin embargo, tiene otras benéficas funciones como estar presentes en los procesos de aprendizaje, comportamiento, actividad motora, el sueño, el humor o la atención.
Y es que la música tiene la capacidad de regular el nivel de hormonas relacionadas con el estrés, fortalecer la memoria y el aprendizaje, alterar la velocidad de las ondas cerebrales, recrear recuerdos y mucho, mucho más.
Se dice esto de la música, ya que escucharla afecta el latido del corazón, el pulso y la presión arterial. También, es capaz de cambiar la velocidad de ondas cerebrales, así pues, la música con un pulso de unos sesenta beats por minuto puede cambiar la conciencia beta hacia el rango alfa, esto mejora el estado de alerta y el bienestar general, algo muy parecido a lo que sucede con la meditación y el yoga.
Viendo el efecto que crea la música en nuestro cuerpo, ¿Cuáles son sus efectos relacionados con el ejercicio físico y el rendimiento?
Actualmente, muchas de las actividades físicas practicadas por gran parte de la población se acompañan de música. La gran mayoría de las actividades dirigidas de los centros polideportivos tienen un telón musical de fondo. Es muy habitual la imagen de un corredor urbano con auriculares escuchando música mientras entrena, y muchos deportistas de elite afirman «sentirse mejor preparados» para afrontar una competición, si previamente se han «estimulado» con su música favorita.
Estudios recientes, como el desarrollado por la Doctora Alexandra Lamont en la Universidad de Keele, en el Reino Unido han logrado averiguar por qué es mejor correr escuchando música, y más concretamente, música que nos gusta. Han llegado a la conclusión de que la música aumenta la concentración a la vez que reduce la sensación de esfuerzo durante el entrenamiento y en el momento de la competición.
Pero no toda la misma música surte el mismo efecto, según la actividad física que se realice.
Una música muy rítmica y enérgica, será muy efectiva en la práctica de deportes físicos, tales como el atletismo, boxeo, crossfit… Pero este tipo de música tendría un efecto negativo en deportes como el golf, tiro, y otros deportes que requieren de una concentración plena y un estado de tranquilidad a la hora de efectuar un golpe. Para este tipo de deportes, una música más tranquila, como el jazz, sería lo más aconsejable.
Un consejo es que el deportista debe hacer una selección de canciones que tengan el ritmo y el tempo adecuado para el deporte que practique, y al ritmo cardiaco que vaya a desarrollar en su actividad física, representado a igual proporción (bpm: beats por minuto = pulsaciones por minuto).
Por ejemplo, si el ritmo cardiaco aconsejado durante el desarrollo de la actividad fuese de 120-130 pulsaciones por minuto, lo apropiado seria escuchar música con un tempo dentro de un rango de 100-130 bpm.
Sabemos que desde que nacemos la música a formado parte de nuestro día a día de distintas maneras. Es estimulante para nuestro cerebro, capaz de hacernos recordar, de activarnos, de liberarnos como anteriormente hemos dicho. Por ello, no nos parece extraño que la influencia de la música también tenga efecto a la hora de realizar cualquier actividad deportiva.
Un buen ejemplo de la influencia en la motivación que ejerce la música dentro del ejercicio es la Maratón de Nueva York de hace unos años, se prohibió a los corredores participar escuchando música por asuntos de seguridad. Pero la sorpresa no fue esa, sino la reacción de los corredores, ya que se saltaron la prohibición aún, pudiendo ser descalificados de la maratón.
Este hecho, puso su atención en la importancia de la música al realizar deporte, tanto por la motivación que genera en el corredor como por los efectos positivos de ritmo en la efectividad del ejercicio.
Fue en 1902 cuando MacDougal postuló que la música ayudaba en la ejecución de los movimientos al realizar ejercicios. Pero no fue hasta 1970 que aumentó el número de estudios que permitieron obtener resultados concluyentes al respecto.
Varias investigaciones científicas muestran los distintos aspectos en los que la música puede influir en el entrenamiento y en las competiciones.
Por ejemplo, El doctor Costa Karageorghis recogía un tiempo atrás en su libro “Inside Sport Psychology” las conclusiones de una investigación de más de 20 años dedicada a estudiar los efectos de la música en el rendimiento de los deportistas. La conclusión final que transmitía era que la música es el dopaje legal de los atletas, a la vez que afirmaba que en ocasiones puede aumentar el rendimiento del deportista hasta en un 15% y reducir su percepción del esfuerzo en un 10%.
Se demuestra que la música ayuda a mitigar la sensación de fatiga en los ejercicios de baja y media intensidad. Al contrario, en los ejercicios de alta intensidad la atención está directamente ligada por los procedimientos fisiológicos tales como la respiración.
Cuando un corredor realiza un esfuerzo de intensidad alta, el efecto de la música no afecta a la sensación del corredor realizando el ejercicio a nivel muscular, sino en cómo motiva y cómo influye en su proceso.
Afecta a nuestro estado emocional y psicológico, esto facilita su uso para controlar la forma en que creamos los estímulos para que el organismo empiece a realizar el ejercicio y mantener un ritmo. De igual forma, esos estímulos también son los que generan la calma tras haber realizado la actividad física y volver a un estado de relajación.
Por ello, para la fase de activación (Calentamiento) es adecuado utilizar una música fuerte y de ritmo intenso que se adecue con la actividad física que se va a realizar. Mientras que para ejercicios de menor esfuerzo o de intensidad menor (Relajación o estiramientos), una música más suave.
Se ha demostrado que el tipo de música utilizado en ejercicios repetitivos está ligado directamente con un aumento en el rendimiento. El ritmo de la música que escuches influye en el movimiento, y ayuda a la resistencia en la duración de la actividad.
La música también influye positivamente en la adquisición de habilidades motrices. Todos desde muy pequeños tenemos presentes en nuestros juegos y bailes, ejercicios de coordinación y equilibrio, y siempre ligados a la música.
La música reproduce ritmos de la forma del movimiento humano, que acompañada por letras escogidas de forma específica pueden reforzar la motivación, creando ambientes más divertidos y que ayuden a mejorar las habilidades.
Finalmente, se resalta la influencia de la música y en conclusión la música es el acompañamiento perfecto, ya que ayuda a minimizar la sensación de fatiga. Si se escoge la intensidad adecuada, ayuda a la regulación de los niveles de estimulación, a la propia sincronización y favorece la adquisición de habilidades motoras.
Pero es importante recordar, que el entrenamiento y la realización de actividad física con música es conveniente siempre y cuando, la atención al resto de elementos del entorno sea el correcto y no suponga ningún tipo de riesgo para realizar la actividad física
Beneficios de la música en el deporte:
-Aumenta la capacidad
Hay un estudio del psicólogo C.I Karageorghis en el que se estipula que la música puede disminuir el cansancio o bien aumentar la capacidad de trabajo. De acuerdo a esta investigación la música puede aumentar los niveles de productividad, fuerza y resistencia.
Hace ya algunos años que se confirmó que la música rápida y fuerte mejoraba el ejercicio óptimo, se aumentaba el paso, y se recorrían una mayor distancia sin cansarse tanto. En este estudio (The effects of music tempo and loudness level on treadmill exercise) se demostraba cómo la música aumenta la presión para avanzar y alcanzar un mayor desempeño.
-Coordina el ritmo de la zancada
Si te has dado cuenta y no eres muy arrítmico, cuando haces deporte adaptas tu pisada al ritmo de la canción. De esta forma, si eres de los que prefieren música cañera seguro que cuando te das cuentas estás andando o corriendo a mayor velocidad de la habitual. Si por el contrario prefieres una música más relajada, andarás más despacio. No sólo la música se coordina con los latidos de tu corazón, sino también con el ritmo de andada.
-Hace que disminuya la fatiga
Pierdes la noción del tiempo. No te das cuenta de cómo avanzan las agujas en el reloj y cuando lo miras has perdido la noción del tiempo. Hace que te aísles como en una burbuja metido en tus propias reflexiones y en ciertos momentos sientes que el mundo te da igual. Vas a tu ritmo perdido entre tus pensamientos. Por lo tanto, tu cabeza está distraída pensando en el significado de las canciones o en su ritmo; te pesan menos las piernas y te duele menos el cuerpo.
-Aumenta la concentración
Estudios recientes, como el desarrollado por la Doctora Alexandra Lamont en la Universidad de Keele, en el Reino Unido han logrado averiguar por qué es mejor correr escuchando música, y más concretamente, música que nos gusta. Han llegado a la conclusión de que la música aumenta la concentración a la vez que reduce la sensación de esfuerzo durante el entrenamiento y en el momento de la competición. Aunque no toda la misma música surte el mismo efecto, según la actividad física que se realice. Una música muy rítmica y enérgica, será muy efectiva en la práctica de deportes físicos, tales como el atletismo, boxeo o crossfit por ejemplo. Pero este tipo de música tendría un efecto negativo en deportes como el golf, tiro, y otros deportes que requieren de una concentración plena y un estado de tranquilidad a la hora de efectuar un golpe. Para este tipo de deportes, una música más tranquila, como el jazz, sería lo más aconsejable.
-Mejora la capacidad cardiovascular
Dos investigaciones se valieron de un grupo de voluntarios para medir la reacción vascular que provoca escuchar una canción de nuestro gusto durante el entrenamiento, según publicó Finiser en su blog. El primer estudio se llevó a cabo en la Universidad de Maryland (EE.UU.). Se comprobó que aumentaba un 28% el diámetro de los vasos sanguíneos. Por tanto, se lograba una mejor oxigenación de los músculos. El otro estudio, realizado por investigadores de Universidad de Brunel (Reino Unido), sometió a los voluntarios a diferentes pruebas, unas con banda sonora de rock y otras en silencio: la música mejoró su rendimiento un 15%. Además, la mayoría se sintió más satisfecho con la actividad.
En lo que sí parecen estar de acuerdo todos los estudios es en la presencia de un efecto ergogénico de la música. Varios trabajos abogan por la importancia del ritmo de la música para aumentar el rendimiento deportivo, dado que parece existir una predisposición innata en el hombre a sincronizar movimientos, con lo que, ayudados por un ritmo musical alto (> 100 bpm), los actos motores serían más eficientes y, en consecuencia, podría mejorarse el rendimiento físico.
En Conclusión:
Estos estudios realizados han utilizado parámetros psico-fisiológicos, tales como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el rango de esfuerzo percibido y el lactato sanguíneo para analizar el impacto de la música en el cuerpo con la mayor precisión posible. Varios científicos han planteado la posibilidad de que el ser humano posee una predisposición inconsciente para sincronizar los movimientos corporales con el ritmo de la música. También se cree que el efecto relajante que produce una melodía permite que la persona perciba realizar un menor esfuerzo al practicar actividad física; esto se debe a que se produce una menor respuesta simpática (menor percepción y concentración hacia el dolor físico) que ocasiona un aumento en la resistencia del deportista.
Pero algunos trabajos han revelado que la música no es únicamente útil durante el entrenamiento, sino antes y después de este. Durante el calentamiento puede aumentar fisiológicamente el rendimiento en el ejercicio. En cuanto a la recuperación, se ha demostrado que al escuchar música los niveles de las hormonas del estrés bajan, lo que contribuye significativamente a una recuperación más rápida.
Está demostrado que escuchar música tiene un impacto positivo en el rendimiento de los atletas que la usan durante sus rutinas diarias. Entre los beneficios de ejercitar al ritmo de una buena pieza se destacan:
La disociación, es decir, ayuda a disminuir la sensación de agotamiento en ejercicios de intensidad baja y media.
La sincronización de los movimientos corporales con el ritmo musical favorece el rendimiento en ejercicios repetitivos.
Regula los niveles de estimulación, que permite otorgar una sensación de mayor energía al empezar a entrenar o producir relajación al terminar.
Influye positivamente en la adquisición de nuevas habilidades motoras.
Reduce la sensación de dolor y ansiedad, por lo que resulta ideal en caso de lesiones al momento de la recuperación.
Puede ser usada como incentivo en la población sedentaria debido a sus efectos estimulantes que permiten retrasar la fatiga.
Y es por ello que nosotros te animamos a que realices tú playlist con tu música favorita más acorde a tus entrenamientos, seas nuevo en el mundo del deporte o un gran deportista, ¡Benefíciate de este estimulante tan placentero y supérate cada día más! ¿A qué esperas?
SANTIAGO ALEJANDRO ROJAS GARCÍA
ESTUDIANTE DE LA PROMOCIÓN 2018-2020
Blibliografía:
https://decoasports.com/importancia-musica-rendimiento-deportivo/
https://www.apunts.org/es-influencia-musica-el-rendimiento-deportivo-articulo-X0213371706989009
http://deporadictos.com/la-musica-que-motiva-a-los-deportistas/
https://personalrunning.com/como-afecta-la-musica-en-el-rendimiento-deportivo/
https://bodytone.eu/es/entry/influencia-musica-deporte/
https://www.grupomotiva.es/la-musica-en-el-deporte/
https://hipertextual.com/2015/04/musica-y-cuerpo-humano
https://www.muyinteresante.es/salud/articulo/como-nos-transforma-la-musica
https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%BAsica
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