La actividad física regular y el ejercicio son importantes para un envejecimiento saludable y son beneficiosos para una mejor evolución de las enfermedades crónicas. Las recetas de ejercicio para adultos mayores deben tener en cuenta el estado de salud y la capacidad funcional del individuo.
Cualquier cantidad de ejercicio es mejor que ser sedentario, incluso si el estado de salud impide que una persona logre los objetivos deseados. Para obtener adecuados resultados en salud es necesario que el ejercicio físico preinscrito al mayor sea intenso, frecuente y con una duración optima.
La pauta más recomendada es de al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de actividad aeróbica de intensidad vigorosa y al menos dos días de actividades de fortalecimiento muscular por semana. Los componentes clave de la prescripción incluyen establecer objetivos de actividad alcanzables, identificar barreras, proporcionar soluciones potenciales y proporcionar recomendaciones específicas sobre el tipo, frecuencia e intensidad de las actividades.
Posición del Colegio Americano de Medicina del Deporte. Ejercicio y actividad física para adultos mayores
Resumen
Para el año 2030, el número de personas de 65 años y más alcanzará los 70 millones solo en los Estados Unidos; Las personas de 85 años o más serán el segmento de la población de más rápido crecimiento. A medida que más personas viven más, es imperativo determinar el alcance y los mecanismos por los cuales el ejercicio y la actividad física pueden mejorar la salud, la capacidad funcional, la calidad de vida y la independencia en esta población. El envejecimiento es un proceso complejo que involucra muchas variables (por ejemplo, genética, factores de estilo de vida, enfermedades crónicas) que interactúan entre sí, lo que influye mucho en la forma en que envejecemos. La participación en actividad física regular (ejercicios aeróbicos y de fuerza) provoca una serie de respuestas favorables que contribuyen al envejecimiento saludable.
Recientemente se ha aprendido mucho sobre la adaptabilidad de varios sistemas biológicos, así como las formas en que el ejercicio regular puede influir en ellos. La participación en un programa de ejercicio regular es una intervención / modalidad efectiva para reducir / prevenir una serie de disminuciones funcionales asociadas con el envejecimiento. Además, la capacidad de entrenamiento de las personas mayores se evidencia por su capacidad para adaptarse y responder tanto al entrenamiento de resistencia como de fuerza. El entrenamiento de resistencia puede ayudar a mantener y mejorar varios aspectos de la función cardiovascular (medido por el VO2 máximo, el gasto cardíaco y la diferencia de O2 arteriovenoso), así como mejorar el rendimiento submáximo.
Es importante destacar que las reducciones en los factores de riesgo asociados con los estados de enfermedad (enfermedad cardíaca, diabetes, etc.) mejoran el estado de salud y contribuyen a un aumento en la esperanza de vida.
El entrenamiento de fuerza ayuda a compensar la pérdida de masa muscular y fuerza típicamente asociada con el envejecimiento normal. Los beneficios adicionales del ejercicio regular incluyen una mejor salud ósea y, por lo tanto, una reducción en el riesgo de osteoporosis; estabilidad postural mejorada, reduciendo así el riesgo de caídas y lesiones y fracturas asociadas; y mayor flexibilidad y rango de movimiento.
Comentario:
Como acabamos de ver en estos artículos, existen medidas para retrasar el envejecimiento y tener una mejor calidad de vida futura. Ambos coinciden en la necesidad de practicar ejercicio físico de forma regular, para que la personas mayores se mantengan sanas, activas y con un nivel físico que les permita llevar una vida satisfactoria.
En el artículo de la ACSM (Colegio Americano de medicina del deporte) destaca que el ejercicio y la actividad física pueden mejorar la salud, la capacidad funcional, la calidad de vida y la independencia de la población mayor.
Existe igualmente coincidencia en que las capacidades que debe entrenar un mayor son la resistencia cardiovascular y la fuerza, para ayudarlos a combatir las consecuencias del envejecimiento y evitar que se produzcan diferentes patologías.
Para concluir, destacar la importancia que tiene difundir la información técnica y científica entre la población, sobre los beneficios para la salud de la práctica de ejercicio físico y la alimentación saludable, como ejes fundamentales en la calidad de vida de las personas a cualquier edad. En este sentido, es fundamental que la comunidad médica haga hincapié en estos dos aspectos y recomiende a los pacientes acudir regularmente a realizar ejercicio físico pautado y dirigido por un profesional cualificado.
Artículos comentados por Luis Alberto Cuerda Morán
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