CHI KUNG
Los viernes 11 y 18 de febrero tuvimos dos sesiones de Chi Kung con la profesora de literatura del centro Goretti Sánchez, también profesora de Yoga y experta en Chi Kung.
Durante las dos sesiones nos explicó los principios y las bases de las técnicas. En la presentación habló de la importancia de la tradición China de las artes marciales, del trabajo energético y, aunque las primeras artes marciales que llegaron a occidente fueron las japonesas, destacó la importancia de conocer las chinas y su tradición milenaria. También explicó que sería muy interesante que estudiáramos un poco el Taoísmo, una de las escuelas dentro de las que se desarrollan tanto el Tai Chi como el Chi Kung.
En la introducción explicó el símbolo del Tai Chi y del Tao, el Taijiku, que representa el Taiji: el principio generador de todas las cosas según la filosofía china tradicional. De él surgen el Yin y el Yang, dos conceptos del taoísmo, que son usados para representar o referirse a la dualidad que esta filosofía atribuye a todo lo existente en el universo. Describe las dos fuerzas fundamentales opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. El yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción. El yang es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración.
Dentro de la sesión hicimos un breve calentamiento de movilidad y después una serie de movimientos, que tienen que ver con estirar y movilizar todas las articulaciones y tendones; al mismo tiempo, al trabajar con la energía, permitimos que esta circule abriendo los meridianos gracias a ese trabajo físico.
También explicó lo importante que son las técnicas como estas, suaves, que se pueden hacer sentado o de pie sin moverse, para gente con dificultades motoras por enfermedad o por cualquier otra razón. Una con las que empezamos, que también sirvió de calentamiento y activación, fue una vibración en posición estática, en bipedestación, desde la planta de los pies hasta la coronilla; moviendo el cuerpo generando una ola vibratoria más o menos rápida que, por lo que explicaba Goretti, permitía estimular la circulación sanguínea, el retorno venoso y también algo muy importante: la circulación linfática, y más en personas que están inmovilizadas o encamadas.
Insistió mucho en lo bueno que era que los titulados de nuestro perfil tuviéramos conocimientos de este tipo de técnicas, que facilitan que cualquier tipo de población pueda realizar actividad física y beneficiarse en su condición, y también que pueden coadyuvar en la curación de su enfermedad, incluso podría hacerlo en enfermedades graves (no lo citó expresamente pero creo que estaba refiriéndose al cáncer) no como parte del tratamiento, que también; sino que al mejorar la autoestima y el bienestar general son más fáciles de llevar tratamientos que pueden ser muy duros por sus efectos colaterales.
Y después explicó los movimientos, que fuimos realizando, primero de forma analítica y luego de forma global, para finalizar ejecutándolos encadenados unos con otros formando una serie, mientras sonaba como acompañamiento música relajante de flautas chinas.
TAI CHI
La última semana de febrero estaba programado contar con un experto en Tai Chi, al no ser ello posible uno de nuestros compañeros, practicante de Tai Chi desde hace 25 años, nos dio una sesión el lunes 22 de febrero; vinculándolo mucho a las enseñanzas sobre Chi Kung transmitidas por Goretti porque ambos tienen mucho que ver.
Se centró en explicar el origen marcial del Tai Chi, aunque se haya convertido en una especie de gimnasia postural suave o también sea considerado como una meditación en movimiento; y cómo el Chi Kung representa el trabajo interno y el Tai Chi puede que sea un poco más físico y externo, aunque no quita que en una sesión de Tai Chi también se trabajen movimientos relacionados con el Chi Kung y se centre la atención en la respiración y en el movimiento de la energía.
Luego para explicar los fundamentos insistió en las posturas estáticas y su importancia para sentir la tensegridad, la tensión recíproca, cómo nuestro cuerpo, al igual que la estructura de un edificio, está sometido a fuerzas multidireccionales y nuestra propia estructura corporal músculoesquelética está realizando acciones de sostén de esa misma forma multidireccional; y de lo que se trata en el trabajo, sobre todo de esas posturas estáticas, es hacernos conscientes de esas fuerzas a las que estamos sometidos y cómo las contrarrestamos. Además en estas posturas nos podemos dar cuenta mejor de cómo el practicante encarna un eje entre Cielo y Tierra; aparte de mejorar la postura, realizar una autoelongación axial y enraizarnos bien.
Durante el calentamiento explicó algunos desplazamientos, tanto hacia adelante (el paso básico de taichi), como hacia atrás (“vadear el río” y “rechazar al mono”) y alguna postura de equilibrio también muy básica para para alumnos que se inician. Después de esos desplazamientos pasó a explicar, primero de forma analítica y luego global, movimientos básicos del tai chi como son: “manos como nubes”, “barrer las rodillas”, “la grulla blanca abre las alas”, “el látigo simple”, “tocar el laúd”, “puño bajo el codo”; que todas juntas enlazadas costituyen la primera parte de la forma Yang de 13 movimientos.
Esta forma la fuimos aprendiendo y practicando siguiendo una metodología muy similar a la Suma, método que vimos para construir coreografías en el módulo de Actividades básicas de acondicionamiento físico con soporte musical que tuvimos en 1º. Al finalizar la sesión (de 50 minutos), por lo que comentó el compañero que la dirigió, conseguimos alcanzar un nivel de coordinación y ejecución de la forma más que aceptable, que en su día, cuando él la aprendió, le había supuesto 6 u 8 sesiones, casi un mes de aprendizaje.
Articulo elaborado por Jorge Manuel Rey Cortés
Alumno de la promoción 2020-2022
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